
*Fotos proporcionadas por el artista*
Texto original: Haifa
Traducido por: Cecilia S.
Nos encontramos en el exclusivo distrito de Aoyama, en el centro de Tokio, para asistir al oneman de MEME.
El proyecto en solitario de L (ex-vocalista de Balalaika), que fue presentado a finales de 2019, da comienzo a una serie de conciertos oneman en Tokyo, empezando por el recinto Aoyama RiZm este 21 de septiembre.Dentro de la sala, sonidos de respiración se entretejen con la música ambiental, y las luces de neón crean una atmósfera eléctrica y algo sombría.
No tarda en dar comienzo el espectáculo; se levanta el telón mientras empieza a sonar «Unknown«. L hace su aparición en medio de la penumbra, utilizando una sencilla luz portátil que proyecta frente al público. Entre las fans, algunas también van equipadas con sus propias luces que utilizan durante el furitsuke, intensificando la atmósfera solemne durante la apertura de este concierto. Los músicos de sesión parecen tan inmersos como el cantante y el ritmo desde el inicio es enérgico.
L aprovecha las secciones instrumentales para pedir al público que desate su energía.
De pronto empiezan los riffs de guitarra de «Purgatorio» (プルガロトリオ). El vocalista ejecuta movimientos teatrales, casi de danza, al ritmo vigoroso y oscuro de la melodía, y adereza la canción con risas histéricas, acentuando así el carácter demencial de sus gestos.
Durante «Viola stigma» («ヴィオラstigma«), las fans se vienen arriba cada vez que L repite el verso «Discipline-spanking».
Le sigue «This is love song«; el verso que da nombre a la canción se repite incansablemente una y otra vez. El vocalista da vueltas a un parasol tradicional mientras su media falda roja acompaña sus movimientos.
Aparte de algunas palabras susurradas aquí y allá, «This is love song» casi no tiene letra, y es el tipo de himno que puede sentirse y apreciarse mucho más durante los conciertos que al escuchar la grabación. El público está en trance y las fans hacen headbanging durante casi todo el tema.
Durante «Friday the 13th» vemos por primera vez un atisbo del L real bajo el personaje que interpreta sobre el escenario: Oscuro y siniestro hasta ese momento, no puede evitar sonreír ante el entusiasmo de sus bangya. La canción termina con todas las fans sacando el dedo corazón con las manos en el aire, parte del furitsuke.
«Twilight» comienza con el sonido de las fans dando palmas. La batería es vigorosa y la melodía pegadiza. Parece como si la tensión se hubiese liberado, y L señala al público, incluso a aquellas personas al fondo de la sala, animando a todo el mundo a acercarse un poco más al escenario.
«¿Estás renunciando a tu humanidad?» es una pregunta que se repite varias veces entre canciones; el humanismo (el ser humano en todas sus formas, y contrariamente también la inhumanidad) parece ser el tema predilecto de L en esta ocasión. Al escuchar la discografía de MEME uno no puede evitar sentir nostalgia, los sonidos y las influencias recuerdan a un visual kei más oscuro y conceptualmente más hard core.
La melodía seductora y pegadiza de «Onani» («オナニー«) empieza a sonar mientras las fans branden unos lightsticks azules. Durante las estrofas, L nos deleita con una voz más suave mientras se mueve de manera sensual. Su actuación está salpicada por gritos más intensos que evidencian el carácter erótico de la canción.
Durante el interludio suena una alarma y una bola de discoteca despide haces de luces azules a través de la sala. La balada «Born to be Free» comienza con un sonido de agua corriente. Las estrofas suenan a medio camino entre susurro y canto, y los gestos de L son más pausados. Los efectos de rayos refuerzan el significado de la letra: «La violenta lluvia lo absorbe todo» (激しい雨が濡らしていく), y las luces azules casi nos sumergen bajo un torrente invisible.«Yokujou Shangri-La» («欲情シャングリラ«) es sin lugar a dudas uno de nuestros temas favoritos del setlist de MEME. En esta canción, la voz de L muestra mucha más profundidad y potencia, y el solo de guitarra es espectacular.
Durante «Hyakkiyagyou» («百鬼夜行«), el cantante vuelve a abrir su parasol y lo mece elegantemente sobre su hombro.La tensión de la canción es frenética y no decae cuando la banda da el paso a “Thanatos”, primer tema del mini-álbum CERCA TROVA, lanzado este año. Las fans tratan de disimular su agotamiento, mientras L se vuelve loco y se arroja al suelo del escenario.
Los sonidos de los obturadores de las cámaras resuenan cuando comienza «Night Crawler«. El vocalista confronta a su audiencia de manera directa y les señala repetidas veces mientras ríe histéricamente.
Con «DIABOLIC«, L transporta al público a una atmósfera más festiva y de baile. Aunque actúa con un fervor casi religioso, la impulsividad y la intensidad del cantante aumentan sin parar. Parece imposible adivinar su próximo movimiento, en un momento contoneándose lascivamente y al otro retorciéndose como un títere.
L no deja de animar a su audiencia para un último sprint ya cerca del final del set. «In My Blood» se abre con uno de los growls más increíbles del concierto, y la canción se erige sin lugar a dudas como una de las pistas más violentas y efectivas del evento. L se divierte como un director de orquesta, ralentizando el ritmo de la melodía, obligando a las bangya a coordinar su furitsuke. Esta canción está en la línea de otras como «This is love song«, canciones que uno debe experimentar en vivo sobre todo. El tema culmina con las últimas repeticiones del estribillo, esta vez acompañados de una batería frenética, con un ritmo que recuerda al power metal.Cuando L anuncia que la siguiente será última canción, el público mantiene sus manos levantadas con emoción, dispuesto a volcar toda su energía antes del final del espectáculo. El cantante sigue preguntando a su audiencia si están vivos o muertos, buscando restos de la humanidad a la que aludía previamente.
«MANTORA» comienza, y la iluminación de la sala se vuelve multicolor. La melodía es pegadiza y el cantante juega con su público antes de ponerse una máscara de gas y enrollarse al cuello el cable del micrófono. Abandona el escenario mientras aún toca la banda, y no es hasta el final de la canción que el público aplaude con entusiasmo.Al cerrarse el telón, las fans comienzan a dar palmas al unísono para pedir un bis. Es el momento de aprovechar para darse un respiro, aunque no dura mucho.
Cuando la banda regresa al escenario, L pregunta al público si están agotados (a lo que unas pocas manos asoman tímidamente). Sorprendido por el calor en la sala, el cantante amenaza bromeando a su guitarrista de soporte con una moneda de 100 yenes si no muestra más energía.
Durante este discurso, L plantea brevemente el concepto del abandono de la humanidad, el tema de este concierto («Humanity down the drain” –“la humanidad por el desagüe” en español–, al que se refiere en japonés como «人間をやめる»). El setlist del show cobra sentido cuando explica que el objetivo es hacer borrón y cuenta nueva de sus penas y despejar su mente, porque al fin y al cabo: ¿no es más fácil vivir sin preocupaciones?
L se presenta como un cantante decidido y no deja de dar las gracias al público. Habla con sinceridad de su deseo de progresar y crear más actuaciones impresionantes, prometiendo a sus fans que, mientras respondan a su llamada, no se detendrá.
Pregunta a sus músicos de sesión si quieren agregar alguna palabra, pero se muestran mucho más tímidos que durante el resto de la velada cuando podrían haber pasado fácilmente por la formación oficial de la banda.
Tras esto, el cantante adopta una postura más solemne para anunciar que actuará en la víspera de Año Nuevo, el 31 de diciembre, en Nagoya Ell. Fits All. El anuncio de una última fecha en esta serie de conciertos deja un ambiente pesado en la sala, las fans se congelan ante el uso de la palabra “final”, pero los ánimos se relajan rápidamente cuando el cantante sonríe y asegura que esta es solo la última fecha del año y que no supone ningún punto de inflexión particular más que, acaso, la promesa de perseverar y progresar.
Después de este breve discurso, llama a las fans a divertirse y da comienzo a «KojiinR&B» («孤児院R&B«). Este sonido es más pop-rock y el público parece adoptar una actitud más casual, pero aún apasionada.
Finalmente, la banda opta por cerrar el show tocando de nuevo «In My Blood«, y el ambiente hierve en la sala. «¿Vas a dejar de ser humano por fin?», pregunta L exhortando al público a hacer headbanging con fervor. Es gratificante ver que el cantante no solo invita a sus fans a participar con exaltación, sino que él mismo se lleva a la euforia con saltos y headbang.El estribillo se repite varias veces, los focos destellan en la sala realzando la intensidad de la canción antes de un clímax donde L nos dice que está «muerto» finalmente, después de haber dejado su humanidad desaparecer.
Abandona el escenario bajo el entusiasmado aplauso del público antes de que se cierre el telón.
El espectáculo ofrecido por L y su banda, MEME, nos dejó atónitos por su energía y emociones: crudo, violento y lleno de sensibilidad.